domingo, 1 de marzo de 2009

FIGURAS RETÒRICAS


FIGURAS RETÓRICAS O RECURSOS LITERARIOS
La literatura contiene diversas formas en que los escritores se puedan comunicar, utilizando detalles que les ayudan a respaldar de mejor manera la representación de obras literarias. Al crear una obra, el autor intenta transmitir un mensaje determinado; pero, sobre todo, cuida muy especialmente la forma en que lo hace, procurando que su lenguaje sea expresivo, sugerente, emotivo... Para ello, emplea una serie de recursos, como repetir palabras o sonidos, eliminar otros, jugar con los significados, modificándolos, exagerándolos, etc.

Comparación o símil: establece una relación de semejanza, es decir, una comparación, entre dos palabras o ideas, utilizando distintos elementos comparativos: como, tal, igual que, parece, etc.
Metáfora: quizá sea la figura de mayor valor artístico y de mayor fuerza expresiva. Consiste en trasladar el nombre de un elemento a otro con el que tiene una relación de analogía; es decir, en identificar a una persona, animal o cosa con otro ser porque tienen algo en común.
Metonimia: como la metáfora, consiste en nombrar una realidad con el nombre de otra; pero, en este caso, la relación que se establece entre ambas puede ser muy variada: entra la causa y el efecto (la “dolorosa”, por la cuenta que hay que pagar), entre el instrumento y el que lo maneja (“una de las mejores plumas del país” por un escritor determinado), entre el lugar y el producto que de él procede (“bebían en fino bohemia”, por copas de cristal de Bohemia), entre el autor y su obra

Personificación: consiste en atribuir cualidades o acciones humanas a seres que no lo son, como los animales, las plantas o los objetos.
Hipérbole: consiste en exagerar los rasgos de una persona o cosa, ya por exceso (“veloz como el rayo”), o por defecto (“más lento que una tortuga”):
Antítesis: contraposición de dos palabras o frases de significado opuesto, con el fin de enfatizar el contraste de ideas o sensaciones.
Ironía: expresión de lo contrario de lo que realmente se quiere decir o se siente. En el lenguaje coloquial se utiliza constantemente; por ejemplo, cuando decimos: ¡qué bonito!, para enfatizar una mala acción o un error.
Aliteración: repetición de uno o varios fonemas con intención expresiva, para reforzar ciertas emociones y sensaciones. Por ejemplo, la repetición de la r suele dar sensación de movimiento; el de la u, de oscuridad o angustia. ¿Qué te transmite a ti la aliteración de la l en los siguientes ejemplos?

Onomatopeya: palabra o frase cuyos sonidos sugieren el de la realidad a la que se refieren: tictac, tintineo, guirigay, murmullo, traqueteo, zumbido, zigzag, gorgoteo, cuco, croar...
Epíteto: adjetivo calificativo que insiste sobre una cualidad ya conocida e intrínseca al significado del sustantivo, por lo que no añade ninguna información (“Dejó su huella en la blanca nieve”). Suele aparecer antepuesto al sustantivo, y su principal valor es transmitir la realidad desde el punto de vista personal del autor.
Asíndeton: consiste en la supresión intencionada de nexos, sobre todo, de la conjunción y:
Polisíndeton: es el recurso contrario al asíndeton, pues se basa en la multiplicación de nexos innecesarios, siendo lo más habitual la repetición de la conjunción y:
Anáfora: repetición de una o varias palabras al comienzo de las frases o versos, para conseguir efectos sonoros o para remarcar una idea:
Hipérbaton: alteración del orden normal de las palabras de una frase: Del salón en el ángulo oscuro, de su dueña tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo veíase el arpa.
Paralelismo: consiste en repetir estructuras similares: Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar.
Greguerías: afirmaciones ingeniosas y divertidas, escritas en prosa, que se basan en la trasgresión de la lógica establecida. Su creador y principal representante fue el escritor español Ramón Gómez de la Serna, autor de los siguientes ejemplos de greguerías: El péndulo del reloj acuna las horas. El león tiene en la punta de la cola la brocha de afeitar. Aparecen días tan húmedos que hasta los tenedores sienten reuma. Las románticas se tocaban un bucle como si hablasen por teléfono con ellas mismas.
Caligrama: poema cuyas palabras se colocan formando un dibujo que explica el contenido que se transmite en la poesía. Uno de los ejemplos más famosos es el poema titulado “La paloma apuñalada y el surtidor”, del poeta francés Apollinaire.
Acróstico: grupo de frases, palabras o versos, cuyas letras iniciales o finales, leídas verticalmente, forman una palabra, un nombre o una frase.
Alegoría: Se le denomina a la correspondencia prolongada de símbolos o metáforas.
Anadiplosis: Se repite la última parte de un grupo sintáctico o de un verso al principio del siguiente.
Apóstrofe: Dirigir apasionadamente la palabra a seres animados o inanimados, fuera de la estructura de la oración.
Conversión: Consiste en repetir una misma palabra varias veces al final de cada oración, verso o estrofa.
Interrogación retórica: Enunciar una pregunta, no para recibir respuesta, sino para dar más fuerza al pensamiento.
Juego de palabras: Utilizar un mismo significante con dos significados distintos.
Paradoja: Reunión de pensamientos aparentemente irreconciliables, pero de sentido coherente.
Concepto: Metáfora elaborada, a menudo extravagante, que establece una analogía entre cosas totalmente disímiles. El uso de conceptos es especialmente característico de la poesía metafísica inglesa del siglo XVII.
Sinestesia: La sinestesia consiste en la unión de dos imágenes que pertenecen a diferentes mundos sensoriales, como "verde chillón", donde lo visual se une con lo auditivo. Algunos estudiosos la consideran una variante de la metáfora.
Calambur: Se produce cuando las sílabas de una o más palabras agrupadas de otra manera dan un significado diferente y hasta contradictorio. Además de su uso literario también se utiliza mucho en retahílas, adivinanzas y juegos de palabras, propios del lenguaje oral, como "Y lo es, y lo es, quien no lo adivine tonto es" (Hilo es, hilo es...)
Metátesis: Es una figura en la preceptiva tradicional y se produce cuando un sonido cambia de lugar en una palabra. También es un fenómeno frecuente en el habla vulgar, como "Grabiel" por
Gabriel o "cocreta" por croqueta.
Clímax: El clímax o gradatio consiste en disponer palabras, cláusulas o periodos según su orden de importancia o según un criterio de gradación ascendente. Es frecuente en las enumeraciones, como en esta estrofa de César Vallejo: "Y todavía,/ aun ahora,/ al cabo del cometa en que he ganado/ mi bacilo feliz y doctoral,/ he aquí que caliente, oyente, tierro, sol y luno,/ incógnito atravieso el cementerio,/ tomo a la izquierda, hiendo/ la yerba con un par de endecasílabos,/ años de tumba, litros de infinito,/ tinta, pluma, ladrillos y perdones".
Anticlímax: En el anticlímax o degradatio se da una serie de ideas que abruptamente disminuye en dignidad e importancia al final de un periodo o pasaje, generalmente para lograr un efecto satírico.
Exclamación: Forma del lenguaje que expresa una emoción intensa como el temor, el dolor o la sorpresa. Se distingue por la entonación a la que normalmente acompañan, aunque no siempre, los signos exclamativos. De Vicente Aleixandre, que ha expresado el valor interjectivo del lenguaje poético, son estos versos: "¡Quién un beso pusiera en esa piedra,/ piedra tranquila que espesor de siglos/ es a una boca!/ ¡Besa, besa! ¡Absorbe!".
Interrogación: La interrogación, desde el punto de vista retórico, es aquella que no se realiza para obtener información sino para afirmar con mayor énfasis la respuesta contenida en la pregunta misma o, en otros casos, la ausencia o imposibilidad de respuesta. Muy frecuente en la poesía de Juan Gelman, como lo demuestran estos versos del poema "Cartas": "¿hay caballos para derrotar al enemigo?
Quiasmo: El nombre de esta figura deriva de la letra griega ji, cuya grafía se parece a la de la equis, y consiste en presentar de manera cruzada dos ideas paralelas e invertidas. Siempre son cuatro elementos que se corresponden como los puntos extremos de un aspa: "Cuando tenía hambre, no tenía comida y ahora que tengo comida, no tengo hambre".
Zeugma: Construcción sintáctica que consiste en utilizar una sola vez una palabra, aunque ésta se refiera a otras más del periodo. Un ejemplo de zeugma es el retrato que Miguel de Cervantes hace de Alonso Quijada en el primer capítulo de Don Quijote de la Mancha: "Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza". La forma verbal "era", usada una sola vez con la frase "de complexión recia", está implícita en todos los rasgos que describen (y definen) al personaje.
Existe también el zeugma llamado complejo: al final de una serie de elementos del mismo nivel sintáctico se introduce una función gramatical diferente, que actúa como factor sorpresivo y de ruptura. El cuento "No se culpe a nadie", de Julio Cortázar, se cierra con un zeugma complejo: "...un aire fragoroso que te envuelva y te acaricie y doce pisos".
Elipse: Omisión de palabras habitualmente consideradas necesarias.
Encabalgamiento: Cuando la unidad sintáctica de un verso se prolonga en el siguiente.
Epanadiplosis: Una frase o un verso empiezan y terminan del mismo modo.
Paranomasia: O paronomasia. Situar cercana dos voces de parecido significante, pero de distinto significado.
Perífrasis: También llamado circunloquio, consistente en un rodeo que elude, mediante una marcada amplificación, la expresión directa.
Pleonasmo: Palabras innecesarias que refuerzan la idea.
Prosopopeya: Se trata de atribuir cualidades no correspondidas con su género vital. La más habitual es la personificación: atribuir a las cosas o animales cualidades humanas. Otros tipos de prosopopeyas son la animación: atribuir a seres inanimados cualidades de los animados; la animalización; atribuir a seres humanos características de los seres irracionales; y la cosificación: atribuir a los seres vivos cualidades del mundo inanimado.
Reduplicación: Es la repetición de una palabra al principio o dentro de una oración.
Retruécano: Cuando una frase está compuesta por las mismas palabras que la anterior, pero invertidas de orden o función.
Silimicadencia: O asonancia. Cuando dos o más palabras cercanas tienen idénticos sonidos finales.
Símbolo: Objeto o cualidad mencionados como reales, pero aludiéndose al mismo tiempo a otra realidad distinta.Antonomasia: Esta figura consiste en servirse de un adjetivo —que funciona como apelativo— o de una perífrasis que sustituyen a un nombre propio, partiendo de la idea de que le corresponde de manera incuestionable.

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